´´A la moda´´
Al entrar Antonio en la clase, todo el mundo se quedó por un instante mudo. Hasta que Luis, su compañero de banca, le preguntó sorprendido : – ¿Has venido a clase en pijama?- En ese momento, todos empezaron a reírse, pero a Antonio le dio igual, soltó su cartera junto a su mesa y se sentó en su silla. Ese día todos los niños de su clase y -en el recreo- los de otras aulas, se acercaron a él para verlo vestido con el pijama y para preguntarle el porqué.
Por fin, cuando se decidió a dar explicaciones, les contó que ya estaba harto de ir como todos los demás niños y que, como en su casa se sentía muy cómodo en pijama, había decidido acudir al colegio también en pijama (prenda que consideraba más cómoda que el propio chándal). Fue toda esa semana al colegio vestido así; y a la semana siguiente, su compañero Luis también llegó en pijama a clase, y en dos semanas ya había varios niños y niñas de su clase y de otras del colegio que también lo imitaron.
No había pasado ni un mes desde que Antonio llegase al colegio en pijama y ya, en el patio del recreo, se veían más niños con esta prenda que con chándal o con ropa de calle. También contaban que los fines de semana se habían hecho varias “fiestas del pijama” que habían tenido muchísimo éxito y que -en todos los comercios de confección del pueblo- los escaparates mostraban los últimos modelos de pijamas llegados desde la ciudad.
Como no era de extrañar, al poco de aquello, algunos niños y niñas empezaron a destacar del resto, con unos modelos que sus mamás les habían diseñado especialmente para el cole: con dibujos que recordaban los sacapuntas, los lápices de colores y hasta las gomas de borrar. En Navidad, el modelo que más sensación causó entre todos, fue el de Ricardito, cuya mamá lo había preparado con luces que se encendían y apagaban al igual que las de los árboles navideños.
La locura del pijama se había desatado en el colegio y aunque algunos se resistían a ir a la moda y seguían con sus ropas tradicionales, no pudo evitarse que también los niños de otros colegios hicieran lo mismo e incluso a algunos del instituto también se les veía con pijamas más atrevidos y llamativos. Hasta que un buen día Antonio entró en su clase con un traje de goma negra, con gafas de bucear y aletas incluidas. Al verlo así, su amigo Luis preguntó sorprendido:
– ¿Que has venido a clase vestido de hombre rana?
José Miguel de la Rosa Sánchez
julieta la princesa
Julieta era una niña de 5 años de edad que se crió entre la pobreza y carencia de necesidades básicas, ella siempre vestía tan humilde y sencilla que lo único que anhelaba era vestir igual a anastasia, la niña consentida de la casa quien siempre usaba trajes en telas de terciopelo, canutillos, sedas, brillos y cristales que la convertían en un sueño andante en el que cualquier niña de su edad quisiera vivir.
Algún día Julieta se dispuso a vestirse con la ropa de anastasia quien era engreída, egoísta y altanera, pero contó con tan mala suerte Julieta que fue descubierta y la solo humillación que le produjo ser gritada y burlada, le creo una idea en su mente.
Julieta solía visitar la costurera de su barrio a quien le sobraban pequeños retazos de las grandes señoras de la región, por lo que un día sentada sobre un cajón de cedro le dijo a la costurera ¡deseo que me enseñe a coser un vestido con todos sus retazos!. Durante días se dedicó a confeccionarlo y cada vez encontraba telas más hermosas que agregar al vestido, pues ella escuchando los gustos de cada una de las damas adineradas comenzó aprender sobre tendencias de moda y cada una de las repercusiones y enseñanzas que nos puede traer el buen vestir.
Fue así como la noche de la velada del colegio a anastasia le compraron un vestido de marca Gucci, mientras que Julieta llevaba el vestido confeccionado por ella misma. Al entrar llamo la atención inmediatamente, pues tan solo irradiaba belleza, elegancia, estilo y mucha alegría con su vestido nuevo, fue tanta la admiración de las personas que anastasia quien presumía su vestido, se vio opacada y decidió salir corriendo y llorar en el jardín trasero de la escuela.
Al pasar los instantes y llegar al final de la velada, se dispusieron a elegir la reina de la noche en la que un hombre muy sencillo y elegante se acerca a Julieta y le pregunta ¿Quién te diseño ese vestido? Y Julieta responde: lo confeccione yo señor!
Es así como este hombre asombrado por su talento y a quien todo mundo desconocía en el lugar, le propone a Julieta a trabajar con él, quien era el diseñador más afamado y prestigioso del mundo.
anonino
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